Todos queremos exprimir al máximo nuestras vacaciones y a veces tenemos la sensación de no haberlo hecho. Para evitarlo, aquí comparto cinco ideas que pueden inspirarnos para aprovechar y disfrutar al máximo de nuestro período favorito del año.
1) Cumple un sueño
Hay sueños caros pero también los hay baratos. Viajar en globo, visitar a un lugar soñado, dormir al raso, probar un deporte nuevo, escribir un libro… Las vacaciones nos ofrecen planes e ideas inspiradoras para todos los gustos y bolsillos. Cumplir uno de nuestros sueños no sólo nos hará volver al trabajo con muchas historias que contar, sino que además nos aportará recuerdos positivos que serán nuestro “alimento” durante el resto del año.
Qué curioso que cuanto más grandes nos hacemos, más pequeño se hace el mundo…
2) Desconecta (de verdad)
Si eres de los adoran su trabajo o a los que les encantan los lunes como veíamos en este post, enhorabuena. Eso sí, cuando el trabajo nos gusta tanto que nos parece vacaciones, a menudo nuestras vacaciones se pueden convertir en lo más parecido al trabajo. Cuidemos y respetemos nuestros momentos de descanso y desconexión. Por los que nos rodean y por nosotros mismos.
3) Delega
Las vacaciones nos demuestran que el mundo no se acaba si no estamos en la oficina y son el momento ideal para delegar, ya que no tenemos otra alternativa. Es un hecho que nadie hace las cosas como tú. Las pueden hacer mejor o peor, pero lo que está claro es que no las harán como tú porque no hay dos personas iguales. Cada uno de nosotros es único. Sigamos practicando el delegar no sólo en vacaciones sino también durante el año, cuando nos es más difícil.
4) Reflexiona sobre tus objetivos
Los períodos vacacionales largos son el momento ideal para hacer balance de lo que llevamos de año y reflexionar sobre nuestros próximos objetivos (a mí me resulta más fácil hacerlo en esta época que en navidad). Un paseo por la playa o una excursión por la montaña pueden ser los momentos ideales para conectar con nosotros mismos y con dónde queremos estar. Si no nos marcamos objetivos, seguramente otros los marquen por nosotros y quizás no son los que más nos gusten. Si buscamos espacios de reflexión (solos o acompañados), recordaremos estos objetivos junto a momentos especiales que hemos vivido y nos ayudará a comprometernos con ellos.
Los objetivos son como un viaje en tren. Nos da tiempo a ver más cosas, a apreciar más detalles, cuando estamos sentados contra el sentido de la marcha. Para saber hacia dónde queremos ir, debemos entender primero de dónde venimos y esto requiere de reflexión.
5) Haz una lista con tus prioridades
Todos estamos acostumbrados a volver de vacaciones con la sensación de que hemos hecho menos de la mitad de cosas que nos propusimos. Y menos mal que es así… Para conseguir realizar aquello que consideremos más importante, un ejercicio útil es poner todas nuestras ideas o cosas que queremos hacer en una lista, ponerlas en orden de importancia y señalar las 4-5 más importantes al inicio de nuestras vacaciones para asegurarnos de que las llevamos a cabo durante ellas. Esto nos dejará una sensación de haber aprovechado el tiempo y gran satisfacción como consecuencia.
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