Te propongo un reto:

¿Rechazarías una oferta millonaria por irte a un lugar donde aprender más? ¿A un sitio donde obtener más reconocimiento?

Esta es la historia de DeMarcus Cousins. En un mundo como el de la NBA donde los contratos se llenan de ceros, la noticia del fichaje de DeMarcus Cousins por los Golden State Warriors ha sorprendido por dos motivos: 1) el dinero que va a dejar de ganar el jugador (ganará 8 veces menos de lo que le prometía su anterior equipo -New Orleans Pelicans- y 2) las crecientes voces de protesta por el dominio absoluto de los Warriors en una liga ya de por sí descompensada.

La elección del jugador me ha hecho reflexionar sobre lo siguiente, que podemos extrapolar a nuestras vidas:

  • La gente quiere ir con las personas que hacen que las cosas buenas ocurran. Y a veces -aunque parezca mentira- esto va mucho más allá de los incentivos económicos-.
  • Querer estar al lado de los buenos no debería ser un derecho sino más bien una obligación. El único modo de crecer es rodeándote de gente mejor que tú, de gente de la que aprender. Y el éxito es la forma más natural de aprendizaje. Como cuenta Francisco Alcaide en su libro Aprendiendo de los mejores en su primera y segunda parte, tener modelos de referencia en los que fijarse es lo mejor para el crecimiento personal y profesional. De hecho, ¿hay algo más humilde que pasar de ser el referente a ir un sitio donde eres uno más y tienes varios espejos donde mirarte y aprender? Las decisiones valientes son las que nos hacen aprender y normalmente van acompañadas de miedo y pérdida de protagonismo o comodidad.
  • Cuando hay que tomar una decisión, inmediatamente nos preguntamos “¿por qué?”. ¿Y si nos preguntáramos “¿por qué no?”. La primera pregunta nos invita a quedarnos en nuestra posición actual, ya que debemos encontrar motivos de peso para cambiar. La segunda, en cambio, nos invita a imaginarnos ya en la nueva posición y nos ayuda a vencer ese miedo al cambio, a lo desconocido. Si en la próxima decisión que tengamos que tomar nos hacemos ambas preguntas, quizá nos sorprenda el resultado.
  • El crecimiento es un mecanismo de supervivencia. Si no hay crecimiento, una compañía se muere. Y si no hay crecimiento personal, a corto plazo no nos moriremos, pero a largo plazo sufriremos más porque nos habremos estancado. El agua es símbolo de vida pero el agua estancada no tanto, y sigue siendo agua…

Quizá lo más curioso de la historia del fichaje de este jugador es cómo se produjo: cuando se abrió la ventana de traspasos para los agentes libres, el jugador no recibió ninguna llamada en las primeras dos horas y antes de recibir otras ofertas, decidió agarrar el teléfono y llamar él mismo a los Warriors ofreciéndose. Una vez tuvo el visto bueno del entrenador y de los jugadores de más peso en la plantilla, la franquicia californiana aceptó su propuesta. La historia de Cousins nos enseña que cuando la llamada no llega, a veces tenemos que hacerla nosotros. Incluso si somos Cousins…

Haciendo buena la frase que da título al libro de Alcaide, aprendamos de los mejores y cuanto más cerca los tengamos, mejor. Quizá saber que los tendremos cerca nos dé la fuerza para agarrar el teléfono y hacer esa llamada.

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Lectura recomendada:

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aprendiendo de los mejores 2