En enero de 2008, Mike Smith firmó como entrenador de los Atlanta Falcons de la NFL y llegó con el reto de darle la vuelta a una situación insostenible: una temporada anterior lamentable y un equipo que venía de tener 5 entrenadores en 7 años y que en toda su historia no había conseguido acabar dos temporadas seguidas con más victorias que derrotas.

Contra todo pronóstico, el entrenador de los Atlanta Falcons lideró una de las mayores remontadas de la historia de la NFL y convirtió a los Falcons en un equipo ganador durante las siguientes cuatro temporadas. Al ser preguntado por la clave de su éxito, Smith lo tuvo claro: haber transformado la cultura del equipo.

Aquí comparto algunas claves que Smith utilizó para crear esta cultura ganadora y que pueden ser útiles para crear un equipo de alto rendimiento tanto en el mundo empresarial como en el deporte y, por qué no, en nuestra vida personal:

  1. Evalúa menos el rendimiento y más la actitud

“Empecé a evaluar a mis jugadores por su carácter y por su actitud además de por sus habilidades futbolísticas. Hice cambios en la plantilla no sólo en base a sus habilidades en el terreno de juego, sino también a los intangibles que cada jugador traía al vestuario». 

En un mundo guiado por las evaluaciones del desempeño, poner el foco en los intangibles y tener a la gente adecuada nos puede dar el empujón necesario para consolidar nuestra cultura organizativa, incluso si esto supone echar a gente del barco… O, como los All Blacks dirían, «Mejores personas hacen mejores All Blacks».

  1. No pierdas el foco en la cultura

Los resultados se consiguen cuando la cultura (de equipo o de empresa) está bien trabajada y esto supone un esfuerzo diario.

“La cultura nos ayuda a superar nuestras expectativas, las expectativas y creencias conducen al comportamiento, el comportamiento conduce a los hábitos y los hábitos crean el futuro deseado. Todo empieza con la cultura».

Para transformar un equipo (o cualquier organización) el primer paso es transformar la cultura y para ello como líderes necesitamos ser los primeros que crean en ello, algo en lo que Simeone trabajó duro cuando firmó por el Atlético de Madrid y que le llevaría a transformar un equipo decaído en un equipo ganador con prácticamente el mismo bloque de jugadores. Los cambios organizativos grandes son el resultado de pequeños ajustes.

  1. Muéstrate accesible

Mike Smith: “Los primeros meses en los Falcons me los pasé reuniéndome con toda la gente que pude, presentándome a todo el mundo y manteniendo conversaciones sobre lo que cada trabajador hacía. No quería que hubiera una cultura en el vestuario y otra diferente en el resto del edificio. Quería que fuéramos un equipo, con una sola cultura.

Aún recuerdo las primeras reuniones con mi mentor, nuestro querido Decano Juan Mayorga. Pese a su ajetreadísima agenda, cada vez que entraba a su despacho y se cerraba la puerta me daba la impresión de que tenía todo el tiempo del mundo para mí, fueran 5 o 20 minutos. Un líder puede medirse por cómo trata a sus empleados en privado. Los líderes servidores hacen que sus trabajadores se sientan importantes, escuchados con autenticidad y queridos. Ése es el mejor legado que como líderes podemos dejar.  Aunque sólo tengas 10 minutos, asegúrate de que durante este tiempo sientan que son la persona que más te importa en ese momento.

  1. Haz de la cultura algo sostenido en el tiempo

“No existe eso del éxito de la noche a la mañana” (Jon Gordon)

La cultura es lo que produce victorias a lo largo del tiempo. Por tanto, en un mundo dominado por los objetivos a corto plazo, la capacidad de mantener la paciencia y ser fieles a nuestra esencia es fundamental. Las organizaciones con cultura sostenida en el tiempo tendrán éxito sostenido en el tiempo.

«Los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota. La adversidad es el período de observación de las cosas (Marcelo Bielsa)

Una buena manera de mantener nuestra cultura reside en ser ágiles e inconformistas en la victoria y observadores en la derrota.

Marcelo Bielsa ©deportv

Marcelo Bielsa ©deportv

  1. Copia y mejora

“Cuando firmé como entrenador de los Atlanta Falcons tomé prestadas ideas, rutinas y principios de grandes líderes con los que había trabajado y a los que admiraba, pero creé mi propio enfoque en base a mi estilo de liderazgo y personalidad».

La innovación no consiste en otra cosa que copiar y mejorar hasta que encontremos nuestro propio estilo. Cuando tienes claro el modelo que quieres defender y eres predecible, encontrarás a la gente adecuada que defiende el mismo modelo que tú y tu equipo confiará en ti porque sabe cómo actuarás en cada momento. Cuando tienes claro tu modelo a seguir, las decisiones también son más fáciles de tomar porque todo el mundo sabe lo que espera de ti. Dedica tiempo al autoconocimiento Explora hasta que te sientas seguro de ti mismo.

Tienes que ser tú mismo. Los demás ya están pillados.

  1. Céntrate en las quick wins, no en los objetivos

Cuando arranca cualquier liga profesional deportiva, muchos equipos tienen el mismo objetivo: ganar el campeonato. Pero sólo uno lo conseguirá. Por tanto parece poco realista que muchos equipos se marquen dicho objetivo pero aun así lo hacen. En ligas como la NBA, con 82 partidos de liga regular más los playoffs, mantener la motivación durante tanto tiempo es un duro reto para cualquier equipo y algunos jugadores lo admiten abiertamente. ¿Cómo hacer para conseguirlo? Irónicamente varios entrenadores se olvidan del objetivo para precisamente conseguirlo. Para ello, dividen la temporada en bloques de 7 partidos y establecen pequeños hitos (quick wins): ganar 4 de cada 7 partidos. Si el equipo lo cumple, se clasificará para playoffs y los jugadores mantendrán la motivación porque pueden ver la meta final en todo momento. Esto también ayuda a no desesperar cuando se pierden tres partidos seguidos ni a relajarse cuando se ganan tres (el equilibrio es clave como veíamos en un post anterior).

¿Cómo si no harían los corredores de ultradistancia para mantenerse motivados en carreras tan largas? Muchos de ellos siguen la misma estrategia: dividir la carrera en pequeños bloques y darse pequeños premios tras cada quick win (ej: un trago de agua cada 5k, un trozo de barra energética cada 10k, un gel cada 20k, etc.).

Para desarrollar una cultura de alto rendimiento en el trabajo, en tu equipo o en tu vida personal, recuerda buscar las pequeñas victorias y sobre todo celebrarlas, porque lo que no se celebra, no se asimila, y lo que no se asimila se acaba olvidando.

 Estos son sólo cinco pasos para trabajar la cultura en nuestra organización. Y a ti, ¿cuáles te funcionan?

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