El concepto de lealtad ha evolucionado enormemente en los últimos años, impulsado por avances sociales, tecnológicos y generacionales. Los tiempos han cambiado y, con ellos, la percepción de lo que significa ser leal.
La noticia del contrato vitalicio del ciclista Wout Van Aert con el equipo Visma Lease-A-Bike, presentada a través de un vídeo realmente inspirador, no sólo ha revolucionado el mundo del ciclismo, en el que los contratos se suelen firmar a 1 o 2 años, sino que también nos ha dejado una gran lección para los entornos empresariales.
Hace años permanecer en una misma organización durante muchos años era visto como un signo de estabilidad, estatus, éxito y seguridad. La lealtad implicaba una relación casi contractual donde la dedicación y el tiempo invertido se consideraban las principales muestras de compromiso.
Hoy en día, sin embargo, la lealtad ha adoptado un significado más fluido y condicional. Ahora se basa en la alineación de valores, el sentido de propósito y las oportunidades de desarrollo que la empresa ofrece. Los empleados buscan un entorno laboral que les permita crecer, sentirse valorados y contribuir a algo significativo. Pero, sobre todo, buscan un espacio en el que se sientan cuidados y se les valoren en su totalidad, no sólo como profesionales.
La lealtad ahora es recíproca: las empresas deben ganarla continuamente a través de un trato justo, oportunidades de desarrollo y una cultura organizacional que priorice el bienestar de sus empleados.
El contrato vitalicio del equipo Visma Lease-A-Bike es sólo una muestra más del fuerte compromiso que ha demostrado la entidad con el bienestar y cuidado de sus ciclistas. Su equipo lo ha hecho creando un entorno que valora tanto el rendimiento deportivo como las necesidades personales. A muchos nos sorprendió la baja por paternidad que el propio Wout Van Aert se tomó en mitad del Tour de Francia de este año. Estas acciones sólo se pueden producir en entornos donde los trabajadores se sienten protegidos y cuidados. Lamentablemente, ese mismo mes en una empresa de Madrid un directivo le dijo a una persona de su equipo: “desde que has sido padre no das palo al agua y no se te ve el pelo”. Dos entornos de mucha presión, dos maneras muy diferentes de gestionar el cuidado.
Cuando permitimos equilibrar nuestras carreras profesionales con nuestras vidas familiares sin presión, la lealtad y el compromiso aparecen solos y el talento se aprovecha infinitamente más.
Deja tu comentario